viernes, 28 de octubre de 2016

Lo mejor de nuestras vidas

Este libro es un viaje maravilloso por las emociones donde os desvelaré mis descubrimientos como madre y pediatra, algunos reveladores, otros dolorosos… En él encontraréis los retos a los que yo, como millones de madres, me tuve que enfrentar. También viviréis conmigo algunas de las historias más intensas que viví, sentí y sufrí en mi profesión.

 

Os sentiréis identificados desde la primera página en la que me encuentro en un paritario aterrada y a punto de ser madre, hasta la difícil pero a la vez inspiradora etapa de la adolescencia.

¿Qué sienten nuestros hijos? ¿Qué siento yo como madre? O tú como padre…

¿Os habéis parado a pensar en cómo hemos cambiado desde que sostenemos a nuestro hijo en brazos recién nacido hasta ahora? ¿Y ellos? ¿Cómo cambian? ¿Qué piensan? ¿Por qué se comportan así? 

 



Lo mejor de nuestras vidas es un oasis cuando en la educación de los niños todo parece torcerse, es un “tranquila, lo estás haciendo bien“, es un toque de atención para no perdernos ni un solo minuto de la vida de nuestros hijos, instantes que ya no vuelven.
Lo mejor de nuestras vidas, no es libro más de inteligencia emocional ni de educación emocional, es un verdadero aprendizaje de vida, es un descubrimiento profundo de mis emociones, de las de mis hijos y de las cientos de familias que pasan por mi consulta.
No pretende ser un manual de pediatría; libros de pediatría hay muchos y muy buenos. “Lo mejor de nuestras vidas” es un recorrido por el apasionante y a veces duro mundo de las emociones de nuestros hijos. Entre todos los libros de inteligencia emocional en niños y de educación emocional que existen, intentaré hacerme un hueco desde la experiencia de mi profesión como Pediatra y la sensibilidad de mi maternidad.
¿Qué te gustaría que recordaran tus hijos de ti y de su infancia cuando sean mayores?
¿Te atreves a descubrirlo? ¿Estás preparado para sentir? 





Hospitales pensados para niños

Lo que menos gusta a los niños cuando están hospitalizados, por este orden, son los pinchazos, la comida, los tratamientos, las instalaciones, estar encamados y no poder salir, según el "Estudio sobre el Dolor en niños hospitalizados", efectuado en casi 400 pacientes de 7 a 12 años de 20 hospitales españoles, por la Fundación Grünenthal y la Fundación Antena 3. Y en el mismo estudio, se confirma que valoran de forma muy positiva el colegio que les ofrecen los hospitales, el trato personal de los profesionales, los juegos, la posibilidad de ver la televisión y las visitas de los familiares. 




La palabra hospital tiene la misma raíz lingüística que "hospitalidad", pero ¿se ajustan a este concepto semántico los hospitales de hoy en día para todos pero, especialmente, para los pacientes más pequeños? ¿Son acogedores con los niños enfermos, uno de los sectores de la población más vulnerables y dependientes? ¿Qué hacen los centros sanitarios para ser hospitalarios con los recién nacidos, los lactantes, los escolares, los adolescentes... y sus familias? 

Es cierto que hay centros hospitalarios pensados para los niños e iniciativas que se han impulsado con ese objetivo: Hospital sin dolor (formación y concienciación de todos los profesionales sobre la importancia del dolor y su correcto tratamiento en todos los pacientes), Child Life (un programa de información y acompañamiento emocional a los niños hospitalizados), Hospital de Ositos de Peluche (en lugar de ser ellos los pacientes, lo serán sus ositos de peluche favoritos, de forma que acercan la medicina a los niños a través del juego), Hospital Amigo de los Niños (hospitales que facilitan y promueven la lactancia materna), entre otros.











Calculadora del Embarazo

Les comparto una calculadora del Embarazo